Una vez andando
Por un parque inglés
Con un angelorum
Sin querer me hallé.
Buenos días, dijo,
Yo le contesté,
Él en castellano,
Pero yo en francés.
Dites moi, don angel.
Comment va monsieur.
Él me dio la mano,
Yo le tomé el pie
¡Hay que ver, señores,
Cómo un ángel es!
Fatuo como el cisne,
Frío como un riel,
Gordo como un pavo,
Feo como usted.
Susto me dio un poco
Pero no arranqué.
Le busqué las plumas,
Plumas encontré,
Duras como el duro
Cascarón de un pez.
¡Buenas con que hubiera
Sido Lucifer!
Se enojó conmigo,
Me tiró un revés
Con su espada de oro,
Yo me le agaché.
Ángel más absurdo
Non volveré a ver.
Muerto de la risa
Dije good bye sir,
Siga su camino,
Que le vaya bien,
Que la pise el auto,
Que la mate el tren.
Ya se acabó el cuento,
Uno, dos y tres.
De: Poemas y antipoemas, de Nicanor Parra.
Notas:
Una vez andando: El comienzo del poema recuerda a la fórmula empleada en los cuentos infantiles: «Érase una vez...».
Con un angelorum: Del latín angelo, mensajero. Es un latinajo, un latín malo o macarrónico, pues angelorum es genitivo plural y significa «de los mensajeros».
Sin querer me hallé: Primer hipérbaton del poema. Debería leerse sin querer me hallé con un angelorum.
Buenos días, dijo: Llama la atención la ausencia de juegos tipográficos para reproducir la conversación, pues podría haber utilizado comillas españolas o inglesas.
Pero yo en francés: La imagen que desprende el poema es la de un juego infantil. Bien reflejado en esta estrofa. Mientras el yo poético habla «en francés», el angelorum habla «en castellano». Nótese que la acción se sitúa «Por un parque inglés».
Dites moi, don angel: El angelorum ahora es conocido como don angel. Este cambio de tratamiento responde a una retórica de la ironía. Recuérdese que el que ironiza siempre se pone por encima de lo ironizado. Al final de la estrofa don angel pasa a monsieur.
Él me dio la mano: Aquí encontramos un paralelismo invertido con la segunda estrofa: «Él... / Yo...» frente a «Yo... / Él...». El juego infantil se perpetúa y recuerda a escenas de los hermanos Marx.
¡Hay que ver, señores: Primer epifonema del poema y primera llamada de atención al público.
Cómo un ángel es!: Volvemos a encontrar un hipérbaton, pues debería leerse como es un ángel. Angelorum, don angel, monsieur y ángel, como es obvio, forman campo semántico.
Fatuo como el cisne: Algo fatuo es algo lleno de presunción o vanidad infundada y ridícula.
Frío como un riel: Un riel es una barra pequeña de metal en bruto.
Feo como usted: Fatuo, frío, gordo y feo forman campo semántico subordinado al campo semántico de angelorum, don angel, monsieur y ángel. Segunda llamada de atención al público. Si antes se dirigía a un «señores», ahora se dirige a un «usted». Pero ahí no queda la cosa. Este usted queda desprestigiado por su inclusión en la comparitiva «Feo como...». Sin duda estamos ante un gran iconoclasta, como ya lo fueran los hermanos Marx. Sigamos.
Pero no arranqué: Entiéndase pero no arranqué a correr. Podemos hablar de un fenómeno de elipsis.
Duras como el duro: El recurso de utilizar la misma palabra (aunque en distinto género) al principio y final de un verso se conoce como epanadiplosis.
Sido Lucifer!: Del latín lux, luz, y fero, llevar, el portador de la luz. Comúnmente se le conoce como el ángel caído, de ahí que lo incluyamos en el campo semántico de angelorum, don angel, monsieur y ángel.
Con su espada de oro: Estamos ante el verso fundamental del poema, pues revela la identidad del ángel caído. La espada es imagen poética de Pablo Neruda. Recuérdese su: «oceánico, para mí que entro cantando / como una espada entre los indefensos» (Galope muerto).
Yo me le agaché: Este uso de dos complementos indirectos de manera consecutiva es uso común en la lengua hablada. No desmerece el poema, todo lo contrario, está acorde con la imagen que desprende –repito– de juego infantil.
Ángel más absurdo: Fatuo, frío, gordo, feo y absurdo. Estas son las características de nuestro ángel caído Pablo Neruda. Todas estas palabras forman campo semántico subordinado al campo semántico de angelorum, don angel, monsieur, ángel y Lucifer.
Non volveré a ver: Volvemos a encontrar otro latinajo.
Dije good bye sir: Si el yo poético contestó «en francés», ahora se despide en inglés. Este sir entra dentro del campo semántico de angelorum, don angel, mousieur, ángel y Lucifer.
Que le vaya bien: El final del poema recuerda a una canción infantil. Obsérvese la anáfora: «Que... / Que... / Que...».
Wena don Nica Parra saludos que le valla bien que lo pise un auto que lo mate el tren jajajajajajaja !!!
ResponderEliminarte apoyo!kjdbhdgkfhfnjv
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